Las empleadas critican que la empresa no ha proporcionado ningún tipo de material preventivo contra posibles contagios.
La muerte de un vecino de Pinto de 84 años que estaba contagiado con coronavirus ha causado estupor entre la plantilla del servicio de ayuda a domicilio de la Comunidad de Madrid, del que su mujer era usuaria. Las trabajadoras aseguran sentirse desamparadas por la empresa encargada del servicio, Sacyr, que incluso habría pedido a la persona que atendía en el hogar del fallecido que no difundiera la noticia para “no generar una situación de alarma y caos entre la plantilla”.
Las trabajadoras también denuncian que la empresa no les ha proporcionado ningún tipo de material para prevenir posibles contagios de Covid-19. “Siento rabia y tristeza”, cuenta una de ellas, que explica que entre todas han ido comprando las mascarillas y geles necesarios. Las auxiliares del servicio que hayan estado en contacto con pacientes con coronavirus y no muestren síntomas aparentes de contagio, de hecho, deberán seguir realizando visitas al resto de usuarios a menos que reciban una baja laboral.
La poca información que dice recibir la plantilla proviene de los propios sindicatos, que aseguran que la Comunidad de Madrid está elaborando un protocolo propio para el sector. Sacyr, eso sí, está cubriendo los turnos de las trabajadoras con niños a su cargo tras el cierre decretado en los centros educativos.
El Ayuntamiento de Pinto, por su parte, ha anunciado que trasladará los hechos a la Comunidad de Madrid como entidad responsable del servicio.
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