Pinto y su historia: El barro y la antigua escalinata

En esta imagen observamos la fachada exterior de la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos, popularmente conocida como “la pequeña catedral”. Con ella nos trasladamos a los duros años de la posguerra. Entonces en Pinto no existía el asfalto y las calles eran de tierra, que con las lluvias se convertían en charcos y barro.

Los vecinos pinteños acudían a su iglesia cruzando el arroyo de los Prados a través de un puente, ya que entonces aquel arroyo, afluente del arroyo Culebro, cruzaba el pueblo de norte a sur, dividiéndolo en dos mitades. El arroyo discurría por la actual avenida España, el paseo de Dolores Soria, el parque del Egido y la calle Isabel la Católica. En épocas de lluvias el arroyo se desbordaba provocando lodos, barro y charcos que incomodaban a la población. Durante los años 70 se realizaron las obras de canalización subterránea del arroyo. 

La Guerra Civil también provocó daños en los exteriores de la iglesia. En la imagen observamos, por ejemplo, la desaparición de varias bolas escurialenses del muro perimetral, sobre todo en el lado izquierdo de la escalinata que da acceso a la iglesia. 

Esta sección es posible gracias al patrocinio de la Fundación Egido. Esta institución sostenida por el Grupo Egido tiene como fin de interés público promover cualquier actividad que fomente la cultura, la educación, la solidaridad y, en general, el bienestar y desarrollo de Pinto y los pinteños. La Fundación Egido tiene su sede en el edificio de la calle Las Monjas, 3 de Pinto.