Vacaciones sin la familia
Durante estos meses resulta muy tentador hacer una escapada en Semana Santa o en el Puente de Mayo. ¿Por qué no hacer planes sin la familia, esta vez?
Existen muchos tipos de familias, y no necesariamente implica un hombre y una mujer casados para toda la vida. Sin duda es el mejor nido para criar a un bebé. Puede estar formada de dos adultos, un adulto y un niño o de las múltiples variables que se nos ocurran. Incluso sin niños. Con una máxima imprescindible: respeto, confianza y mucho amor. Sin embargo; aunque existan estas condiciones la rutina resulta estresante, sobre todo si hay niños en casa. Un bebé, nada más nacer, llora y genera un estado de alerta en sus padres o madres las veinticuatro horas del día. En ocasiones puede resultar agotador.
Ya llevamos décadas avanzando hacia una crianza compartida. Lo más efectivo es repartirse las responsabilidades y tener momentos de descanso para evitar el colapso. La mamá o el papá puede llegar a disfrutar una ducha de cinco minutos de solitaria tranquilidad, como si fuera una sesión de spa. Quizá no en los primeros meses, pero cuando el bebé tenga cierta autonomía, debería ser legítimo tomarse unos días libres.
Pilar Jericó nos recomendaba hace unos años hacer vacaciones a la alemana, en un artículo del laboratorio de felicidad, en El País. Ella comentó lo saludable que puede ser hacer planes por separado: con la familia, con la pareja y solos. Tengo que confesar que no fue ella la que me animó a tomar la iniciativa, sino una compañera de trabajo. Desayunando una mañana me dijo que se iba de viaje con sus amigas. Yo le respondí con cierta envidia ¡Aprovecha ahora! Sin embargo insistió. Ella, que también tiene pareja, me animó a organizar un viaje sin la familia.
A partir de ahí muchas cosas cambiaron. Me hice muchas preguntas, y como mujer casada con hijos, la sociedad y sus normas me devolvían un no rotundo dentro de una bola de culpabilidad. ¿Con quién te vas a ir? ¿Con quién vas a dejar a los niños? ¿Me quedaría yo con los niños mientras mi pareja se va de vacaciones con sus amigos? ¿Será necesario dejar instrucciones sobre comida, ropa, emergencias… para toda la estancia? En cambio, la pregunta clave es ¿somos imprescindibles? No.
Creo que una persona tiene varias parcelas que debe cuidar. Algunas no están compartidas ni con la pareja, ni con los hijos. Tiene que ver con ese espacio personal donde debemos ser honestos y saber cómo nos sentimos, sin mentiras. Convendría analizar qué necesidades no se cubren dentro de la familia, y sin renunciar a su valiosa aportación, hacer una escapada. Somos como una ficha del trivial. Si tenemos un quesito vacío, recorremos ansiosos el tablero hasta que conseguimos rellenarlos todos. Podríamos perder la partida. ¡Qué liberador sería dejar de interpretar este personaje, aunque solo fuera durante unos días!
Hace años, hubiera dicho que no estás a gusto con tu pareja y que la separación revolotea entre vosotros, o que la maternidad te desborda. ¡Qué equivocada estaba! Es bastante común hoy en día organizar la semana para que todos puedan hacer ejercicio: correr, bailar, hacer yoga, montar en bici. Otros prefieren pintar, hacer fotos, escribir, tocar un instrumento. Aunque solo sea un paseo por la sierra con tus antiguos colegas de montaña, se vuelve a casa con otra cara. Y no solo por las cervezas que te tomas después en el bar.
Es imprescindible darle hueco a esa parcela cada día un ratito, quizá algunas horas durante la semana. Nada que tenga que ver con el trabajo o con la familia. Solo tú y lo que te gusta. ¡Qué valioso es darte cuenta que después de años de crianza, de pérdida de cierta identidad por acoplamiento al grupo familiar, sigues ahí con nuevos sueños e inquietudes! Vuelves a casa con energías renovadas.
Tómate unos minutos para reflexionar si tienes esa necesidad. Si es así, lo mejor es dejar las responsabilidades organizadas, y liberarse de la preocupación. En el caso de que todavía no puedas hacerlo, habrá que esperar. Una vez que lo tengas claro, hay que resolver varias cuestiones: económica, la compañía y el destino. Si cuentas con un presupuesto para el viaje, y aún conservas amistades con bastante confianza para convivir unos días; solo queda sentarte con él/ella o ellos y elegir un destino. A no ser que prefieras irte solo/a.
Pilar Jericó recomienda llegar a acuerdos con tu pareja. Y me parece bastante razonable. Pero hay veces que no será posible, y tendrás que luchar por tu espacio, aún a riesgo de escisión. Si os queréis, querrá que seas feliz y respetará tu decisión.
¡Disfruta de tu tiempo!
A la vuelta no olvides agradecer lo vivido, y por supuesto, traer algún regalo a tu pareja y a los niños, si los tienes, y a los que les han cuidado. Al menos, llévales una gran sonrisa y un abrazo cálido de satisfacción.
Martín Martínez Martínez | Jueves, 30 de Mayo de 2019 a las 20:45:59 horas
Las personas que se escapan son más creativas y más productivas.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder