Tic-tac, tic-tac, tic-tac
Al gobierno pirómano de Ganemos Pinto se le podría aplicar como anillo al dedo la célebre y genial definición que dio Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Ganemos Pinto puede haber empezado a escuchar aquel reloj con el que vaticinó en 2015 una inminente cuenta atrás del reinado de Rabaneda. ¿Recuerdan?: "tic-tac, tic-tac, tic-tac".
El lastre principal de Ganemos es el enorme abismo entre lo que decían y prometían desde su populismo asambleario hace cuatro años y lo que han hecho hasta hoy en el gobierno. Comenzaron incumpliendo el primer punto de su programa electoral: no gobernar si no eran la lista más votada. No lo fueron, pero gobernaron. Entonces -y ya nunca más- al menos pidieron disculpas al respetable: “Incumplimos este punto para poder cumplir todos los demás”. Pero tampoco esto fue verdad. Ya lo presagiaba el candidato de Ganemos Pinto la misma noche electoral al ser preguntado por si aceptarían un posible apoyo del PSOE para conseguir un gobierno de izquierdas: “No, respondió, porque si el primer punto del programa lo lanzásemos por la borda, mal empezaríamos”.
Dicen que lo que mal empieza mal acaba. Y lo cierto es que de los siete miembros del equipo de gobierno que comenzaron la aventura de “construir un Pinto solidario, igualitario y transparente”, cuatro -de ellos las tres mujeres- han abandonado el barco. También uno de los componentes de la confluencia, Podemos, anunció que se presentaría en solitario, enfrentándose a Ganemos.
Ganemos decidió gobernar -por primera vez en la historia de Pinto- en clamorosa minoría (7 de 21 ediles) y, claro, fue incapaz de aprobar un solo presupuesto propio en estos cuatro años, teniendo que prorrogar año tras año el último del PP. Luego se sucedieron despropósitos, errores y horrores: brutal subida del tipo del IBI, intento de desahucio de cinco ancianos de la residencia municipal, pérdidas de subvenciones regionales por negligencia administrativa, ausencia de proyectos e inversiones, enfrentamientos y/o arbitrariedades contra vecinos y entidades no afines…
Al gobierno pirómano de Ganemos Pinto se le podría aplicar como anillo al dedo la célebre y genial definición que dio Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Y si quieren una sola imagen para ilustrarlo, ahí está el socavón del skatepark del parque Juan Carlos I. Donde antes había unas instalaciones anticuadas pero en uso, Ganemos proyectó construir un complejo renovado pero tras destruir lo construido creó la nada: un enorme agujero que desde hace dos años es una metáfora o monumento a su gestión.

















Antonio | Lunes, 18 de Febrero de 2019 a las 10:40:34 horas
Suscribo al cien por cien. Y brillante esa metáfora, ese final, ese monumento, como dicen, de la creación de la nada: un agujero que es lo que ha sido y es Ganemos Pinto, perdón: Pierde Pinto.
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