El carrete de Miriam Rabaneda

Hace tres años apareció en el grupo de Facebook "Yo soy de Pinto" un post que despertó mi curiosidad. Aparecían dos imágenes de Miriam Rabaneda, las cuales habían sido sus dos últimas fotos de perfil de WhatsApp: una abrazada al ex-presidente autonómico Ignacio González y en otra abrazando la que sustituyó al último como candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. En menos de 24 horas había cambiado la foto y el abrazo con quien creía que sería candidato con la que finalmente lo fue. También me dicen que caída Cifuentes volvió a cambiar su foto de perfil. ¿Adivinan con quién? ¡Con el nuevo presidente de la Comunidad, Ángel Garrido!

Lo mismo ha sucedido en el recientemente celebrado Congreso del Partido Popular. Dicen que en primera vuelta pidió el voto para María Dolores de Cospedal, y de hecho se vieron fotos (cómo no) junto a ella en las redes sociales. El caso es que hizo lo mismo con otros candidatos, con su respectiva y obligada fotografía. Terminado el mencionado congreso, Miriam Rabaneda celebra y propaga como entusiasta militante del PP que ella es sus felicitaciones a Pablo Casado y el "cambio necesario que él representa". Dos cosas parecen claras: Miriam Rabaneda siempre gana y tiene la galería de fotos de su teléfono más saturada que el pequeño y ya olvidado Nicolás.

De nada parece importar que el PP de Pinto parezca un partido a la deriva, sin rumbo ni principios claros. Su mayor última contribución ha sido defender la prostitución para feos y discapacitados (no sabemos si con foto o sin ella). Pese a que para Miriam Rabaneda Pinto era lo primero en campaña electoral, pronto demostró que era lo segundo. Nada más comenzar la legislatura se fue a la Comunidad de Madrid (cobra 97.277,40 euros anuales). Lo que parece preocupante es que quien lidera el principal partido de la oposición en Pinto se preocupe únicamente por su sillón, al precio que sea y haciéndose la foto con quien haga falta, se llame Pablo, Dolores, Soraya o Vladimir Putin. Posición muy marxista, pero no de Karl sino de Groucho: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros".