La experiencia de Chus Pérez, ingeniero en edificación, madre y triatleta de larga distancia.
Antes de empezar, quiero decir que es un honor para mí que la revisita Zigzag me haya propuesto escribir sobre este tema en primera persona. Es una iniciativa fantástica en la que os doy las gracias por contar conmigo.
Muchos recordaremos una infancia al lado de nuestra madre porque nuestro padre pasaba más de 15 horas fuera de casa, ya que era el único de la familia que trabajaba, bien por decisión o por simple costumbre. Incluso a día de hoy muchas mujeres deciden no trabajar para cuidar de sus hijos, mientras sus maridos llevan todo el peso económico de la casa. Esta situación ha hecho que en la actualidad muchos cargos ejecutivos que requieren de una trayectoria profesional estén ocupados por un mayor número de hombres, debido simplemente a que en generaciones pasadas era costumbre dejar de trabajar al ser madre. No me cabe duda que un futuro esta situación se igualará.
Tengo 40 años, soy ingeniero en edificación, madre y triatleta de larga distancia, trabajo como perito en un mundo laboral con un porcentaje mayor de hombres, y nunca he encontrado ningún gesto machista. No sufro desigualdad de sueldo ni de proyección laboral en mi trabajo.
En mi deporte, el triatlón, existen micromachismos. Uno de los que considero más importantes es que en la mayoría de triatlones las mujeres salimos unos minutos después lo que, en mi opinión, nos pone en desventaja, ya que al ser pocas (entre 4 y 10 chichas) esa diferencia de tiempo hace que el resto de la prueba vayamos prácticamente solas, sin ver al resto de participantes.
Pero es en la distancia Ironman donde queda patente el micromachismo desde su propio nombre. Al entrar en meta, seas hombre o mujer, dicen tu nombre seguido de tu nacionalidad y un "you are an Ironman" No costaría nada que al entrar una mujer dijesen "you are an Ironwoman".
Al finalizar mi primer Ironman (Hombre de acero) (3,8km natación + 180km bici + 42km carrera a pie) noté el machismo de cerca ya que es una prueba en la que el 99% de participantes son hombres. Mi único objetivo era llegar a meta, y lo logré siendo una deportista muy normalita, sin grandes cualidades, salvo el tesón. Recibí muchas felicitaciones de hombres, mujeres... personas.
Pero sí ha habido varios hombres que piensan que alguien como yo no debe presentarse a este tipo de pruebas. Hombres que, por ser pioneros en otra época, no dejan paso a que mujeres como yo accedan a ellas, y cuando lo logras le quitan mérito menospreciando tu esfuerzo. Por suerte es una escasa minoría.
Que una mujer como yo, con pocas cualidades físicas, logre finalizar esta prueba, hace que muchos hombres sientan amenazado su ego y no puedan presumir tanto de ser un hombre de acero. "Si Chus lo ha conseguido, cualquiera puede hacerlo".

















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