"Algunos hombres siguen pensando que el papel de la mujer está supeditado al hogar"

Me piden desde la revista ZIGZAG que participe en esta interesante iniciativa sobre el machismo que hemos podido sufrir a lo largo de nuestra vida profesional. Les diré que pese a considerarme una mujer afortunada en este tema también he sufrido algunos casos de machismo. Y cuando les digo afortunada, quiero decir que pese a todo, no los he sufrido con la intensidad que aún hoy muchas mujeres sufren, tanto a nivel profesional como familiar.

En el plano profesional, con poco más de veinte años de edad, tuve que abrirme paso en el difícil, aunque fascinante, mundo del derecho. Con mucha dificultad porque en aquel tiempo una abogada joven era una víctima propiciatoria en unas sedes judiciales que rezumaban un machismo secular. Pronto, sin embargo, el destino me condujo hacia la política, y mi experiencia profesional me fue muy útil en un ámbito muy difícil para la mujer. Especialmente si eras joven.

Afortunadamente, mi llegada a la política coincidió con el  gobierno de José María Aznar, del cual formaban parte varias mujeres, algunas de las cuales llegaron a alcaldesas o presidentas autonómicas. Llegaba a un partido en el que aquella mujer que tuviera y demostrara su talento político podía llegar hasta lo más alto.

Y es por ello que tengo que decir alto y claro que en el Partido Popular jamás he sentido ninguna actitud machista ni rechazo alguno, más bien al contrario. No puedo decir lo mismo con las descalificaciones que, como  mujer, he sufrido por parte de políticos de otros partidos, bromas y descalificaciones  machistas que he recibido desde artículos de prensa y redes sociales solo por el hecho de ser mujer. Algo que, por desgracia, se sigue produciendo. Como otras mujeres, he tenido que sufrir ese desprecio a mis aptitudes y puesto en duda mi capacidad intelectual por parte de algunos hombres que siguen pensando que el papel de la mujer está supeditado al hogar y al cuidado de los hijos, sin olvidar que, a causa de ser mujer, se ha de ser  sumisa y obediente.  Pero como dije antes, poco comparado con lo que otras mujeres sufren. Y sigo y seguiré reivindicando activamente el papel mujer en un ámbito donde, pese a lo que se ha avanzado, aún nos aguarda un difícil y largo camino.