Samjhana

Después de hacer un pequeño cálculo mental le he dicho que nos quedaban cinco días completos en Katmandú, pero sólo cuatro días más de trabajo con los niños, puesto que mañana sábado descansaremos. Entonces me ha dicho que le daba pena que nos fuésemos y que se le estaba pasando el tiempo muy deprisa.

–Eso es porque en esta ocasión estás participando más activamente que en años anteriores en todas nuestras actividades –le dije yo.

Lo cierto es que todos los niños de Siphal, no sólo Samjhana, están teniendo una implicación más activa. Cuando les proponemos bailar basta con dejar que empiece a sonar la música, y en pocos minutos el salón que utilizamos para los ensayos se llena de niños y niñas dispuestos a aprender la coreografía que nuestros voluntarios les enseñan. Con los juegos de patio ocurre lo mismo. Además, hemos notado que están más cariñosos que el año anterior, cuando había muchos internos nuevos recién llegados a Siphal tras el terremoto o realojados de Bal Mandir.

Con los pequeños de Bal Mandir tenemos que conformarnos con organizar juegos, alguna sesión de dibujo y enseñarles algún baile, porque con ellos resulta más difícil hacer actividades un poco más ambiciosas como los vídeos que estamos realizando.

Hoy hemos finalizado el rodaje de un video que ha implicado elaborar trajes y maquillar a los niños para disfrazarlos de distintos animales. Esta misma noche nuestros jóvenes voluntarios nepaleses, asesorados por Carlos, empezarán el montaje. Espero poder enviar el enlace muy pronto.

Aunque no se lo he dicho a Samjhana, también a nosotros se nos está pasando el tiempo muy rápido y, al igual que los niños, sentimos pena de que esto termine, lo cual es un signo evidente de que, a pesar de que hemos tenido que afrontar no pocos problemas, estamos disfrutando como niños en compañía de estos niños tan especiales.

Katmandú, a 21 de octubre de 2016.

José Luis Gutiérrez