Zigzag y la Cultura
La sola existencia de una revista ya constituye un hecho cultural, por la información y la opinión volcadas en ella, que llevan a la práctica buena parte del significado de la palabra cultura, y por el acto implícito de la lectura que sugiere su presencia en el buzón. Pero hay mucho más.
La revista Zigzag ha cumplido -y seguirá cumpliendo, sin duda- dos funciones culturales en sus 25 años de vida. La primera es la ya mencionada de difusión, por medio de su contenido habitual de artículos, entrevistas, noticias, reseñas, críticas... La segunda, y a mi juicio más meritoria, es de promoción; esto es, no sólo permite conocer lo que ocurre en el municipio donde se distribuye, sino que provoca hechos y productos culturales, directa o indirectamente. Y ¿cómo hace esto? Pues de tres maneras: la primera, poniendo sus recursos al servicio de las personas inquietas, creativas y críticas; la segunda, difundiendo en sus páginas contenidos que apelan a nuestro sentido estético, y la tercera, prestándose a participar activamente en la vida cultural del municipio.
Lo hemos podido ver en algunos ejemplos: los Premios Zigzag, que reconocían el trabajo de personas y entidades en diferentes sectores; la inclusión en sus páginas de relatos y poemas y referencias artísticas y literarias; la atención prestada, mediante entrevistas, artículos o colaboraciones, a las personas que trabajan por y para la cultura, en cualquiera de sus vertientes.
Comparte su responsabilidad en este sentido con su hermano literario, o su alter ego, mejor, con quien ha complicado más todavía su vínculo con la cultura. Me refiero al sello editorial Alfasur, atento a los creadores del entorno, plataforma impagable de publicación de trabajos de diferentes géneros, que enriquece el panorama y amplía el abanico de posibilidades lectoras, y también colaborador, e incluso organizador, de actos y actividades relacionados con el libro y la lectura, con los adultos y la infancia, con la calle y el colegio.
Sin ser una revista cultural, Zigzag ha sabido ver en la cultura una presencia necesaria y una referencia para el compromiso. Los vaivenes y desaires que genera la actividad política o la económica son más agradecidos para la labor periodística, pero también ellos se afrontan y entienden mejor desde una posición cultural activa, con el conocimiento y la crítica que permite la cultura y cualquiera de los medios físicos en los que se expresa, como una revista, esta revista llamada, tan acertadamente, Zigzag, a la que felicitamos y agradecemos.
Carlos Lapeña Morón, filólogo y bibliotecario, es el escritor más relevante de Pinto. Autor de una quincena de libros, está en posesión del prestigioso Premio Ala Delta de Literatura Infantil, entre otros.
















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.219