Tú eres Pablo

Pablo, Iglesias, Cielo, Dios,… ¿De qué me suena a mí todo esto? ¿Tendrá alguna relación? Analicemos un poco el nexo entre estos nombres trasladándolos a la actualidad política que vivimos en estos momentos:

PABLO de Tarso (Saulo, etimológicamente: Invocado, llamado): En su juventud persiguió y masacró a los cristianos y terminó como apóstol y predicador del cristianismo.

PABLO IGLESIAS: Empieza liderando los movimientos de indignados contra la casta política, pero se convierte tan pronto se le presenta la primera ocasión al arte del politiqueo.

Al igual que para los seguidores de la Iglesia, su objetivo es alcanzar el Cielo a toda costa, pero de momento sólo ha conseguido alcanzar una nube, que por sus ansias de poder está en vías de convertir en nubarrón.

Dios, dicen que tiene el poder de decidir quién vive o quién muere; Pablo Iglesias, en su afán de imitarle decide quién está en la ejecutiva del partido y quién no.

Cuando predicaban en las plazas llamando a la rebelión contra el poder político, estas actitudes eran dictatoriales y antidemocráticas; en su caso, las decisiones siempre se tomarían por consenso de los círculos y las mesas de participación, transparencia total, nada de mesas camilla; pero héteme aquí que llegó un día que alcanzó el poder y muchos de estos principios debieron quemarse en el brasero de esa mesa camilla que él nunca iba a propiciar. Y conquistó la potestad de decidir quién va en las listas, quién ocupa los puestos y hasta quién y con quién formará gobierno; eso sí, teniendo siempre en cuenta, que si él no es el Presidente, tendrá que ser el Vicepresidente Plenipotenciario con control absoluto sobre todo lo que se mueva, y naturalmente el resto de ministerios a ocupar por sus agraciados compañeros de viaje serán los que él decida. Y a eso le llaman democracia, pero yo digo ¡QUE NO LO ES!

Pablo, hay mucha gente que creyó en vuestros predicamentos y os vimos, yo también, como el revulsivo que necesitaba esta sociedad: aburguesada, conformista, apática y finalmente indignada; generasteis muchas expectativas en mucha gente harta de: mayorías absolutas, recortes de derechos, amiguismo y corrupción.

Por favor, no los decepcionéis, hay muchos ciudadanos de bien que no merecen el castigo de vuestros errores o ansias de poder, tenéis la oportunidad de contribuir para mejorar la vida de los que pretendéis representar. No os convirtáis en lo que denunciabais.