Don Luis ha muerto

19/02/2010-. Ayer, a los 79 años de edad, falleció a las 20:45 horas en el Hospital del Tajo (Aranjuez) Don Luis Hernández Fernández, el que fuera el primer párroco de la iglesia de San José, de Pinto. Don Luis, que fue ingresado el pasado sábado en el citado Hospital, padecía una enfermedad que le tuvo postrado en cama en los últimos meses. Será enterrado mañana, sábado 20 de febrero, en la parroquia Santa María La Mayor de Colmenar de Oreja. Durante los 12 años que vivió en Pinto dirigiendo la parroquia de San José -que también fueron los últimos de su ministerio sacerdotal-, D. Luis dejó una huella indeleble en el corazón de los pinteños, creyentes y no creyentes, que le apreciaron y respetaron por sus buenas obras. Como dice el titular de la portada de la revista ZIGZAG de octubre de 2005: “Pasó por Pinto haciendo el bien”. Entre otros homenajes, Don Luis recibió el Premio ZIGZAG 2001 a Toda una Vida. Al jubilarse el 15 de octubre de 2005, D. Luis daba a los pinteños el siguiente consejo: “Os dejo como santo y seña una consigna que aprendí en esta Parroquia: Ser en la vida una persona encantadora». Y eso es lo que él ha sido: Verdaderamente una persona encantadora.

Semblanza

Nacido en Colmenar de Oreja (Madrid) en 1931 e hijo de panaderos (el segundo de cuatro hermanos), Luis Hernández decidió ingresar en el Seminario de Madrid a los 17 años, haciéndolo el mismo día que Francisco José Pérez, (que luego será el primer obispo de la Diócesis de Getafe, fallecido en febrero de 2004) con el que forja en sus años de seminario una gran amistad.

Luis se ordena en 1957 y comienza su ministerio en Cubas de la Sagra (siete años), después va a Villarejo de Salvanés (otros siete años) y a San Mateo, Ciudad de los Ángeles (22 años).

Un año después de inaugurarse la Diócesis de Getafe, Luis solicita al obispo el traslado a una de las parroquias de la misma. En julio de 1993 nació la Parroquia de San José y dos meses después, el 14 de septiembre, Luis «la abrazaría» hasta el día 15 de octubre, fecha en la que se jubila con 75 años para volver a su Colmenar de Oreja natal, desde donde sin responsabilidades de dirigir una parroquia siguió ayudando a la Iglesia y las personas sin distinción de credos.

El respeto por el ser humano

Don Luis fue un ejemplo de respeto durante su vida. “El respeto al otro, aunque piense distinto, es lo más importante. Los cristianos hoy, como Iglesia, tenemos que ofrecer la salvación aquí en la tierra, porque se están perdiendo los valores humanos. La Iglesia debe servir a la humanidad con el testimonio y el ejemplo, eso sí, respetando a cada cual su ideario”, decía en una entrevista en ZIGZAG.

“De los pinteños he recibido más de lo que he dado. He sentido Pinto como un regalo de Dios”, dijo D. Luis al abandonar su residencia en Pinto en 2005, para fijarla en su pueblo natal, Colmenar de Oreja, donde ha vivido plácidamente estos años de jubilación, hasta su muerte ocurrida ayer.

En nombre de todos los pinteños, creyentes y no creyentes: Gracias Don Luis. Y si ser santo es “ser buena persona”, como tú decías, entonces tú, más allá de las canonizaciones, eres un gran santo. Descansa en Paz. Te lo has ganado.