El yihadismo vuelve a atentar contra la libertad y la democracia

El terrorismo yihadista ha vuelto a golpear con saña a Francia, donde en una sucesión de atentados en la tarde noche de ayer provocó decenas de muertos (127 hasta este momento) y centenares de heridos (unos 200) provocando el pánico en la capital francesa. Esta masacre de París es un atentado contra la libertad y la democracia occidental llevado a la práctica por el yihadismo fanático que pretende establecer en el mundo un califato teocrático de esclavitud.

Estos actos, reivindicados por el denominado Estado Islámico, son “un acto de guerra”, manifestó ayer el presidente francés Hollande, quien explicó que los ataques "se organizaron desde el exterior, con cómplices internos". Todos los dirigentes del mundo libre han manifestado su condena a estos atentados.

Lo cierto es que en lo que va de 2015, Francia ha sido el país Europeo que más ataques de estos monstruos ha padecido:

- El 7 de enero, los hermanos Kouachi atacaron la sede del semanario satírico 'Charlie Hebdo', al grito de ‘Alá es grande’, causando 11 muertos y 11 heridos.

- Al día siguiente, 8 de enero, otro atentado yihadista causó una explosión en un restaurante (milagrosamente sin víctimas) y un tiroteo en el que murió una policía municipal y otro resultó herido.

- Días después, el asesino de la policía, se atrincheró en un supermercado judío de París, en un secuestro que concluyó con la muerte de cuatro rehenes y del propio terrorista.

- En junio, el gerente de una empresa de transportes, jefe de un yihadista, fue decapitado cerca de Lyon.

- En agosto, un hombre disparó e hirió a tres personas en un tren que cubría la ruta entre Ámsterdam y París.

Lo que ha ocurrido ayer en París debería ser la gota que colma el vaso para acabar de raíz con el grupo terrorista del Estado Islámico y con todas sus redes dentro de los países europeos. Europa no puede permitir que unos siniestros totalitarios teológicos impongan a los ciudadanos -y sobre todo a la ciudadanas- la esclavitud.