El pueblo ha hablado. ¿Y qué ha dicho?
El pueblo ha hablado en las urnas. Con sus votos, ha decidido la composición de las corporaciones municipales y los parlamentos autonómicos.
Periodistas y políticos tenemos la costumbre de interpretar los resultados de las elecciones en términos maximalistas. Sobre todo para buscar arrimar el ascua a la sardina que nos interesa. Y, así, llegamos a conclusiones como que el pueblo es rojo, es verde o es azul en función de sumas y restas que pueden o no ser un reflejo de la realidad.
En Pinto, el pueblo ha hablado. ¿Y qué ha dicho? No seré yo quien trate de interpretar los resultados. La realidad es que 7.185 pinteños eligieron la lista del PP para gobernar el municipio; 6.385, eligieron la de Ganemos; 4.808, la del PSOE; 2.288, la de Ciudadanos; y otros 1.991 eligieron alguna de las otras cinco listas que concurrían.
A partir de ahí, puede haber, y de hecho hay, muchas interpretaciones. Pinto no ha querido tener un gobierno del Partido Popular. Cierto. O no. Ya que ha sido la lista más votada. Si damos por bueno ese argumento para el Partido Popular, también lo tendríamos que dar por bueno para el resto de partidos, ya que ninguno ha recibido esa mayoría suficiente. Pero hay más. El PSOE, en Pinto, ha recibido más votos en las urnas de la Comunidad que en las del municipio. ¿Podemos interpretar que los pinteños no confían en el PSOE? Puede. O no.
Otra interpretación. El pueblo no ha querido que nadie Gobierne con mayoría absoluta y le obliga a pactar. Cierto. O no. La realidad, y los datos son tozudos, es que nadie ha obtenido mayoría suficiente para gobernar en solitario. Esto es algo indiscutible. Pero cada uno de los votantes ha acudido depositando una lista cerrada. No ha tenido la oportunidad de votar dividiendo su voto entre las diferentes candidaturas. Por lo tanto, sólo si tomamos los datos globales, podemos concluir que el pueblo no quería que nadie gobernara con mayorías. O sí. Si hubiera podido elegir en listas abiertas, ¿habría dividido tanto el voto? Es posible. O no.
Luego está lo de los pactos. Los votantes del PSOE, Ganemos, etc, no quieren que se pacte con el PP o viceversa. O no. Los votantes de uno u otro partido querían que la lista que ellos elegían fuera la que gobernara, de otra manera no la hubiera elegido. Esto parece claro. Pero, cuando escucho esto, yo me pregunto. ¿En qué lugar de la papeleta se podía elegir la opción de pactar o no con unos o con otros? Esta interpretación sólo es posible desde el punto de vista ideológico. Pero, ¿se puede afirmar que todos los votantes de uno u otro partido depositaron su voto pensando en los posibles pactos y con quién se iba a pactar? Puede que sí. O no.
En definitiva, tenemos la tentación de interpretar lo que hace cada persona al depositar su voto como si fuera una verdad absoluta, cuando la decisión de cada uno puede ser mucho más compleja y depender de una gran diversidad de motivaciones, ideas y opiniones. Lo mejor es quedarse con los datos y tratar de no interpretar lo que esto puede significar. O sí.
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