Un controvertido pleno cierra la legislatura

El último pleno de esta legislatura en Ciempozuelos, celebrado ayer en el ayuntamiento, evidenció la ruptura interna que traviesa el Partido Popular en el municipio. Había pocos puntos a tratar en el orden del día, pero el turno de "ruegos y preguntas" sirvió a los concejales del equipo de Gobierno que dejan el cargo para leer un discurso de despedida y describir lo que para cada uno ha supuesto su paso por el Ayuntamiento de Ciempozuelos. Las cargas contra la actual alcaldesa, Mª Ángeles Herrera, por parte de los que aún son miembros de su equipo fueron generalizadas, a veces de manera directa, otras de forma más implícita.

El concejal de Medio Ambiente, Luis Martín, abrió el punto con su intervención: un ruego en el que solicita la contabilidad del grupo municipal del PP -y por extensión la de todos los grupos políticos municipales- porque "se agota la legislatura y dejo de ser concejal. Quiero la contabilidad por si alguna vez se me pide responsabilidad de dinero o de gestión", reclamó ante la sorpresa de Mª Ángeles Herrera, que apuntó que "el grupo lo forman nueve concejales y pueden sacar dinero dos personas. Los nueve somos responsables". Martín detalló que el grupo recibe una asignación mensual de 3.000 euros al mes, "una cantidad económica importante". Asimismo, declaró que "no he percibio percepción económica alguna".

Luis Casado, concejal de Juventud y Participación Ciudadana por el PP, estableció una analogía entre el consistorio y un colegio del que, según Casado, habían intentado expulsarle. Igual que el resto de sus compañeros, agradeció su labor a los trabajadores del ayuntamiento, a los miembros de la oposición y a algunos de sus compañeros de partido -"los mosqueteros"-: Juan José Benito, Miguel Ángel Valdepeñas, Luis Martín y Rafael Marín. También lanzó un dardo cuando relató que "honrado y humilde son dos palabras que aquí hay quien no tiene en su diccionario o tienen otro significado".

Se despidió Luis Martín de su lugar como concejal en el ayuntamiento "con la cabeza bien alta y la conciencia tranquila. He gestionado el dinero de mis vecinos con austeridad, jamás he pasado por este ayuntamiento ni una dieta". Relató Luis Martín cómo en febrero de 2013 "me quisieron arrebatar mi acta de concejal", haciendo referencia al episodio ocurrido con Mª Ángeles Herrera del que "todavía no me ha pedido disculpas nadie", continuó.

Juan José Benito calificó la legislatura como "difícil", agradeció a los vecinos y a la corporación y deseó suerte a quienes se incorporen por primera vez al ayuntamiento tras las elecciones. También Héctor Añover y Miguel Ángel Valdepeñas intervinieron para despedirse de los vecinos y realizar un recorrido por su trayectoria en la administración local.

Cerró el turno con su intervención el primer teniente de alcalde del municipio, Rafael Marín. Tras cinco legislaturas, Marín se despide sin saber "si es un adiós o un hasta luego". También afirmó que después de 20 años, no figura en la lista electoral del PP "porque se me ofrece un puesto que no me corresponde" -le ofrecían ir como candidato en el número 8-. Recordó Marín "plenos difíciles", como el de la privatización de la Escuela de Música, de la privatización del área de deportes o "el de la famosa bandera nacional".

Tras recordar su paso por el ayuntamiento, Rafael Marín tuvo palabras también para los miembros de la oposición. Reconoció a Raquel Jimeno (PSOE) haber realizado "una labor importante por su partido" y puede decirse que daba Chus Alonso (Ahora Ciempozuelos) como la próxima alcaldesa del municipio cuando afirmaba que "a pesar de las diferencias ideológicas, has realizado una labor muy correcta y con pasión. Tienes ilusión por tu pueblo. Por esas vías entiendo que algún día tendrás tu recompensa y eres una persona preparada para asumir cualquier responsabilidad en este ayuntamiento". De Javier de Oro destacó que es "una persona seria, rígida y chistosa", y a Pedro Torrejón lo calificó de "buen político pero mejor persona". A su compañera Mª Ángeles Herrera le confesó que, en su opinión, "ha actuado más con el corazón que con la cabeza".

La alcaldesa optó por no responder a ninguno de los concejales y levantó la sesión cuando terminó la intervención de Rafael Marín.