Crítica de una vecina a la clínica veterinaria "Huellas"

El 23 de septiembre de este año se escapó mi gatita de casa y estuvo perdida varias semanas a pesar de todos nuestros esfuerzos por encontrarla. El 2 de noviembre la Policía Local consiguió encontrarla. Estaba en muy mal estado, desnutrida, deshidratada y aparentemente con un golpe en la cabeza, quizás producido por algún coche.

Antes de entregarla, uno de los policías se tomó la molestia de llevar a mi gatita a una clínica veterinaria. Era puente y la única clínica abierta en Pinto era “Huellas”. Cuando los veterinarios vieron que la gata no tenía chip y que probablemente no tenía dueño le dijeron al policía que se la llevara porque nadie iba a pagar los gastos por curar al animal. El policía se la llevó a sus dependencias y allí llamó a Perrigatos, la asociación pinteña dedicada a la defensa de los animales.

Perrigatos volvió a llevar a mi gata a la veterinaria “Huellas”, por ser la única abierta y les dijo a sus dueños –personas sin ningún tipo de conciencia- que pagarían los costes de curar al animalito. Entonces la clínica sí comenzó a atender a mi gata, pero ya era demasiado tarde, habían perdido mucho tiempo y mi mascota murió.

Ahora, sólo quiero que los pinteños que tengan mascotas se enteren que en esta clínica sólo hay gente sin corazón, que si no ven el dinero por delante dejan morir al animal tranquilamente.

Una vecina de Pinto