30 años de democracia municipal
El 3 de abril de 1979 se convocan las primeras elecciones municipales democráticas en todos los municipios españoles, tras el largísimo paréntesis provocado por la Guerra Civil y la Dictadura Franquista. Se cumple por tanto este mes el 30 aniversario de tan decisiva efeméride para la mejora y prosperidad de los ciudadanos españoles. No hace falta ser demasiado ‘añoso’ ni tener impoluta la memoria para que cada cual compare los irreversibles avances y la espectacular mejora de los servicios municipales de Pinto, como de cualquier otro municipio español durante estos años. Éste es el concreto e indiscutible bien material que nos ha traído la democracia municipal, al que hay que añadir los bienes morales e intangibles como son la libertad, la capacidad de elegir, la participación, la solidaridad, etc.Muchos son los ayuntamientos que han celebrado el aniversario de este feliz acontecimiento, aunque no se cuente Pinto entre ellos, pues nuestros representantes últimamente están más ocupados en destruir que en construir. Pero vayamos a lo positivo y hagamos un breve resumen de nuestra historia democrática.
La transición democrática
Tras la muerte de Franco (20 noviembre 1975), los cambios políticos en España -la llamada transición democrática- se sucedieron a velocidad de vértigo con un resultado satisfactorio: el paso de una dictadura a una democracia, dentro de la legalidad.
El diciembre de 1976 se aprueba en referéndum la Ley de Reforma Política que legaliza los partidos políticos. Seis meses después, el 15 de junio de 1977, se celebran las primeras elecciones generales. Las Cortes salidas de esas elecciones redactan una Constitución de consenso, que es aprobada en referéndum el de diciembre de 1978. Con una España ya constitucional y plenamente democrática, el 1 de marzo de 1979 se vuelven a celebrar elecciones generales y un mes después, el 3 de abril, las primeras elecciones municipales, que instala definitivamente la democracia horizontal.
Carencia de servicios
Por ese tiempo, Pinto, como la mayoría de los municipios españoles, carecía de muchos de los servicios que hoy consideramos imprescindibles. El presupuesto municipal era entonces muy escaso así como el personal a su servicio, y los cargos políticos no estaban remunerados.
El último alcalde de Pinto de esa época fue Gabriel Martín, un buen alcalde de la transición según muchos de los que le conocieron.
Los alcaldes democráticos
Hasta ahora Pinto ha tenido seis alcaldes: Carlos Penit (PCE-IU), Gloria Razábal (IU), Antonio Fernández (PSOE), Juan Tendero (PSOE), Miriam Rabaneda (PP) y Juan José Martín (PSOE). Es decir, tres socialistas (que gobernaron en conjunto 12 años), dos de Izquierda Unida (16 años) y uno del PP (1,5 años). Por tanto en estos 30 años de democracia Pinto ha estado gobernado en algún momento por un arco de partidos políticos que van desde la izquierda al centro derecha, aunque estos conceptos de izquierda y derecha en la práctica no se hayan correspondido a los planteamientos ideológicos típicos que supuestamente se desprenden de ellos.
Carlos Penit (1979-1993)
En las primeras elecciones locales (1979), el partido más votado en Pinto fue el Partido Comunista, encabezado por Carlos Penit. El pacto de ámbito nacional entre socialistas y comunistas dio la alcaldía a Penit que sumó a sus 5 concejales los 4 obtenidos por el PSOE (a Pinto entonces le correspondían 17 concejales, por lo que la mayoría absoluta estaba fijada en 8 concejales).
Penit repitió victoria electoral en 1983 (mayoría absoluta con el 61,4% de los votos, máximo histórico nunca después alcanzado por nadie en Pinto), 1987 (segunda mayoría absoluta con el 49,7% de los votos, este año Pinto pasa de tener 17 concejales a 21) y 1991 (mayoría relativa con 10 concejales y el 42,5% de los votos).
Como se ve, Penit va perdiendo apoyos de forma acelerada a partir de 1983. El golpe final lo recibe 10 años después, en 1993, cuando es apartado judicialmente de la alcaldía al ser condenado por un delito de prevaricación (dictar resoluciones injustas a sabiendas). Penit había dejado construir naves industriales en terreno rústico de Pinto al promotor Cobo Calleja, lo que benefició enormemente a este señor, pero no a Pinto. Si benefició también a Penit, no pudo ser demostrado en el juicio (por eso el alcalde no fue condenado por cohecho), pero es difícil hacerse a la idea de que un alcalde regale prebendas a un constructor sin nada a cambio. Durante sus ocho primeros años de mandato, Penit hace una buena gestión y Pinto mejora ostensiblemente. Se aprueba, en 1984, un Plan General de Ordenación Urbana que marca las pautas del desarrollo, se pavimentan calles, se realizan obras de infraestructura, agua y alcantarillado, se inaugura un centro de cultura, otro de salud, un polideportivo, una piscina, una residencia de mayores, se amplían las plazas educativas, se multiplican los espacios verdes…
Pero años después Penit se endiosa y se descontrola. Su infamante destitución judicial en 1993 le da le golpe de gracia.
Gloria Razábal (1993-1995)
Tras la dimisión de Penit de la alcaldía de Pinto, por imperativo judicial, le sucede en el cargo su entonces compañera de partido, Gloria Razábal.
Razábal (1993-95), que no fue otra cosa que un títere dirigido desde la ilegalidad por Penit, empezó a gobernar en medio de una crisis económica no tan grave como la que actualmente estamos padeciendo, pero sí importante. Además, la condena judicial de Penit y de su concejal de Urbanismo, Juan Antonio González Ontaneda (IU), desprestigiaron todavía más a IU e hicieron más difícil el margen de maniobra que tenía una alcaldesa entonces bisoña como era Gloria Razábal.
Razábal dio lo mejor de sí cuando dejó de ser alcaldesa (1995). Demostró que la política tiene mucho de oficio que se puede aprender como cualquier otro. Pero a partir de 1995, su tiempo ya se había acabado.
Antonio Fernández (1995-2005)
El líder local socialista Antonio Fernández ganó las elecciones de 1995 por sólo 25 votos de diferencia con respecto a Penit, quien indultado a última hora pudo presentarse a las elecciones. Fernández (6 concejales) pudo gobernar gracias al apoyo de Plataforma Ciudadana (4 concejales) y del Partido Independientes de Pinto (1 concejal). Ya en el poder, Fernández ganó con mayoría absoluta las elecciones de 1999 (50,4% de los votos) y 2003 (52,9% de los votos).
En sus primeros años (1995-2001) hizo una gestión brillante, si bien tuvo la fortuna de coger el periodo de mayor crecimiento económico que haya tenido Pinto, principalmente debido al sector de la construcción. Fernández emprendió una eficaz campaña de embellecimiento externo de Pinto, llenando el municipio de fuentes, parques y glorietas, lo que fue muy aplaudido por los pinteños y por los foráneos que nos visitaban.
Durante los mandatos de Fernández se creó Aserpinto, se construyó el teatro Francisco Rabal, el pabellón Príncipes de Asturias, el centro comercial Éboli, se acabó la Parque Juan Carlos I, se urbanizó Puerta de Pinto, Parque Europa y La Tenería, entre otras muchas obras y proyectos. En 12 años, Pinto se multiplicó por dos y mejoró en muchos aspectos, pero también se produjo un derroche de recursos que era consustancial a la personalidad de este alcalde. Presionado por la polémica y los escándalos que acompañaban a su figura, Fernández dejó voluntariamente la alcaldía en 2005, siendo entonces calificado por su grupo político, así como por los demás palmeros de IU y otros sectores sociales favorecidos por Fernández, como un “hombre 10 en gestión”.
Juan Tendero (2005-2007)
Como había ocurrido con Gloria Razábal, Juan Tendero, el sustituto de Fernández, fue un accidente político y un hombre de paja que obedecía cualquier insinuación que le hacía Antonio Fernández. Éste, al dejar la alcaldía, se había reservado la presidencia de Aserpinto, con derecho a coche y chófer y a la visa oro que utilizaba profusamente. El breve mandato de Tendero significó el fin de la hegemonía socialista en Pinto.
Miriam Rabanada (2007-2008)
Las elecciones de 2007 suponen una gran novedad y una relativa sorpresa al ser ganadas por el PP (9 concejales y 40,9% de los votos), partido que desde 1979 había oscilado entre 2 y 5 concejales en las siete anteriores convocatorias locales. El desgaste del PSOE y la figura de Miriam Rabaneda, con un fuerte apoyo de la presidenta regional Esperanza Aguirre, fueron claves para el triunfo del PP. Y así Miriam Rabaneda, con el apoyo de JpP (2 concejales), accede a la alcaldía.
Muchas fueron las expectativas que surgieron ante la novedad de este gobierno de coalición PP-JpP, pero sus resultados fueron decepcionantes.
Además de la bisoñez política de los populares, la mayor desilusión la produjo la traición de su socio de gobierno, Reyes Maestre (JpP), quien contraviniendo todas su promesas electorales firmó con PSOE e IU una moción de censura (diciembre 2009) que apartó a Rabaneda de la alcaldía de Pinto, para dársela al socialista Juan José Martín.
Juan José Martín (2009)
Con una brutal crisis económica, Juan José Martín Nieto (PSOE) tiene un panorama difícil por delante. Su mandato comienza marcado por sus apoyos: dos personajes tremendamente desprestigiados y quemados en Pinto, Reyes Maestre y Carlos Penit. Además, Martín Nieto tiene que enfrentarse a la peor crisis económica del periodo democrático en un clima de miedos e incertidumbres. Demasiados toros para lidiar con tan pocas fuerzas. Lo veremos. ¡Qué tenga suerte!















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