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Carlos Lapeña Morón

Abogado, ¡abogado!

Lunes, 27 de Agosto de 2012 Tiempo de lectura:

Legislar por decreto con la excusa de la urgencia y de la extrema necesidad es muy peligroso.

Democráticamente, porque convierte al gobierno en un ente omnipotente capaz de actuar con impunidad y hacer de lo excepcional una herramienta de poder. Implica abusar de la mayoría obtenida en las urnas y propiciar alianzas extremadamente interesadas. Es un error muy grave, pues obliga a elegir y a decidir las materias sobre las que “es necesario” aplicar cada decreto ley, de tal forma que, si no se tiene mucho cuidado, se puede incurrir en agravios comparativos, parcialidades, abusos e injusticias flagrantes.


Así, por ejemplo, modificar la ley laboral, imponer recortes en sanidad, educación y administración pública, reducir subsidios, etc., mientras que no se toca con idéntico procedimiento las indemnizaciones millonarias, los privilegios políticos, exenciones y prebendas; mientras no se legisla con idéntico rigor la riqueza y el fraude, no tiene mucho sentido y la sensación de persecución es cada día más notable.


Así, por ejemplo, cómo se puede aplastar al empleado público con sustracción salarial, ampliación de jornada, pérdida de derechos adquiridos, como el de la antigüedad o los ‘moscosos’, sin hacer lo mismo, con igual rigor, con la libre designación de cargos de confianza, la libre designación de liberados políticos, la libre disposición de partidas presupuestarias opacas y prescindibles…


La clase política, ya no es que se aleje de la realidad y de la ciudadanía y de unos votantes convertidos en votontos, no es ya una cuestión de distancia. La clase política anula la realidad conocida e impone otra, la propia, con otra ciudadanía virtual, y otros votontos declarados, sin capacidad de actuar, protestar, pensar.


Si algún abogado lee esto pido, por favor, que me ayude. ¿Se puede denunciar a la clase política por resultar secta, por fraude, por abuso de autoridad, por malversación de fondos, por tráfico de influencias, por incumplimiento de contrato, por incapacidad manifiesta, por estafa, robo, timo, chantaje, apología de la desilusión?


Se debería.

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