Ayuntamiento de Pinto: Balance del primer año de la legislatura
Se cumple este mes el primer año de la nueva corporación
pínteña salida de las elecciones municipales de 2011, en las que el PP
consiguió una holgada mayoría que le dio acceso al gobierno local sin necesidad de pactos, como había ocurrido en 2007 al no tener mayoría absoluta. Por otro lado en el presente escenario de crisis económica es cuando verdaderamente los
gobernantes muestran su verdadera capacidad para dirigir la cosa pública. Hasta hace pocos años, en época de bonanza e inconsciencia,
parecía que cualquiera valía para el cargo de alcalde, cuya función era
deslumbrar a los ciudadanos con obras faraónicas o muchas veces simplemente
innecesarias, al tiempo que se fomentaba una cultura del “todo gratis” y
despilfarro público.
Pinto fue un claro ejemplo de esta clase de políticos
populistas crecidos al albur del boom inmobiliario, cuyas políticas eran tan
demagógicas como insostenibles económicamente a medio plazo. Un ejemplo actual
en Pinto de este tipo de políticos demagogos y nefastos para la sostenibilidad
de las cuentas públicas lo representa el portavoz del PSOE, Juan José Martín,
quien ante la remodelación el pasado mes de febrero de las líneas de autobuses
públicos urbanos, cuyo coste era de 20 euros por persona y viaje, afirmó que “sólo
con un ciudadano que solicite un servicio público es motivo suficiente para
prestarlo”. Y nadie en su grupo le rectificó.
Sin embargo, el gobierno de Miriam Rabaneda ha sabido en
este primer año de su legislatura hacer de la necesidad virtud y completar el
ejercicio con más luces que sombras. Desde luego, ha mejorado
significativamente su experiencia anterior, cuando gobernó en 2007-08 con JpP,
y ha dado un giro copernicano a la postración en la que tenía sumido a Pinto el
anterior gobierno Tripartito PSOE-IU-JpJ.
El Gobierno de Rabaneda tiene como objetivo sanear el
ayuntamiento, optimizar los recursos
públicos, fomentar el empleo local atrayendo empresas e inversiones y
sacar a Pinto de la crisis. Todo ello con los mínimos recortes posibles de
servicios públicos. El PP, en contra de los que anunciaba el PSOE-IU, no
privatizó Aserpinto y ha mantenido los puestos de trabajo, al contrario de lo
que ha ocurrido en otros municipios gobernados por PSOE-IU, como Parla, o por
el PP, como San Martín de la Vega.
Por supuesto también hay sombras en la gestión del PP en
este primer año. Una de carácter formal: comenzó la legislatura convocando los
plenos por la mañana, lo que es una decisión ni buena ni mala pero es lo
contrario de lo que sostenía cuando estaba en la oposición. De la misma manera,
cuando gobernaba Rodríguez Zapatero criticaba (incluso con vallas) la
paralización de las obras de desdoblamiento de las vías del tren y de la
estación de La Tenería, pero cuando a Zapatero le sucedió Rajoy, desmontó las
vallas y cesaron las críticas a Fomento aunque las obras siguen paradas.
Por lo que respecta a la oposición, el MIA se ha constituido
como el referente político por su coherencia, trabajo y claridad de
planteamientos (ver entrevista realizada en enero de 2009). El MIA sólo cobra una
asignación mensual por grupo político de 401 € al mes, renunciando a la
liberación (sueldo mensual fijo) del portavoz y a tener un cargo de confianza.
De la misma manera sus dos concejales han renunciado a las dietas por plenos
(439 €), juntas (274 €) comisiones (137 €) y mesas de contratación (32 €). Es
el contrapunto al PP.
El PSOE, por su parte, sigue en caída libre, sin ideas, sin propuestas y sin dirección. Y en cuanto a UPyD pone una gran voluntad en lo que hace y trabaja buscando el bien de los ciudadanos, pero le sobra retórica y le falta experiencia.
















Ferxu | Martes, 19 de Junio de 2012 a las 12:58:39 horas
El MIA no cobra por que renuncio a las dietas, ninguno de los dos concejales están liberados, con lo cual siguen cobrando de su trabajo, pero si perciben un dinerito de la asignación que se da a todos los grupos políticos, creo que son 300 Euros. O sea que tampoco son la madre Teresa de Calcuta. Hay que llamar a las cosas por su nombre, si uno de los dos concejales tuvieran dedicación exclusiva al ayuntamiento habría que ver si renunciarían al sueldo.
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