Las entidades ciudadanas
Las entidades ciudadanas.
La entidades son agrupaciones de personas reunidas en torno a unos objetivos (satisfacciones de interés y necesidades de sus propios miembros, solidaridad con necesidades o intereses de otros colectivos, prestar servicios con costes inferiores al mercado...), distintos grados formalización (reguladas por normas o grupos y colectivos informales) además de una determinada organización interna (estructura centralizada, organización participativa...).
Las entidades pueden tener una permanencia en el tiempo (duración indefinida con adecuación y renovación de objetivos, también una duración puntual unida a la consecución de un objetivo determinado) además de un campo temático de acción (culturales, recreativas, educación, asistenciales y cooperación, vecinales, salud y consumo, naturaleza y entorno, Paz y Derechos Humanos...).
Junto a todo lo anterior las entidades cuentan con unos destinatarios (los propios miembros, un sector social concreto, la comunidad en su conjunto...) en un ámbito territorial concreto de acción (barrial, local, provincial, Regional, Estatal, Internacional...) para desarrollar actividades (concretas y puntuales, estables y permanentes, campañas, programas continuados con objetivos y destinatarios específicos...) con un determinado carácter (investigación, información, sensibilización, asesoramiento, formación, prestación de servicios, intervención directa...) además de tener un nivel de vinculación con otras asociaciones (aislada, coordinación territorial, coordinación temática, pertenencia a asociaciones de 2º grado -federaciones- o 3er grado -confederaciones-).
La planificación de las actividades por parte de las asociaciones.
Las distintas entidades, partiendo de los rasgos diferenciales desarrollados en el punto anterior, planifican su acción.
La planificación supone un análisis de la realidad sobre la que intervenir, la elección de la acción, la programación, la ejecución y la evaluación... para volver iniciar nuevamente procesos similares.
En los procesos de planificación de la acción, la entidad tiene que anticipar necesariamente, entre otros, los siguientes elementos: objetivos, metodología, temporalización y recursos.
Cuando una asociación es autónoma al 100% en su capacidad de ejecución de una determinada planificación, no tiene condicionante alguno para poder ejecutar lo planificado, pues los recursos que conllevan las distintas actividades los ha controlado adecuadamente en el proceso de programación. Pero cuando esa autonomía en la gestión, no lo es en el porcentaje necesario para poder hacer efectivo lo planificado de forma autónoma se producen errores de diseño por no haber realizado previamente una evaluación “EX ANTE” durante el proceso de programación.
Principios y desarrollo de las relaciones institucionales.
La participación es cosa de dos, de las instituciones por un lado y de los ciudadanos por otro. Ambos polos deben estar en permanente contacto, pero no deben mezclarse entre sí o integrarse el uno en el otro.
Las instituciones deben tener claro que sus políticas públicas deben estar lo más cercanas posibles a la ciudadanía y que la única vía es a través de sus representantes.
Las entidades deben tener claro que son estructuras representativas de determinados intereses y que deben buscar cauces de promoción y desarrollo de los mismos.
Las relaciones institucionales no solo deben servir para la concesión-negociación de la financiación, sino para la cooperación política y programática de las acciones a desarrollar que inciden en determinados colectivos.
Niveles de colaboración y apoyo asociaciones-instituciones.
Partiendo de los objetivos de la entidad y del diseño de sus programaciones, las entidades se dirigen as las distintas Administraciones, bien para solicitar ayudas económicas (subvenciones según determinadas convocatorias), bien para solicitar permisos necesarios para la ejecución de las actividades (trámites administrativos según diferentes normativas), también para solicitar recursos (ayuda en especie) fundamentalmente a nivel local.
Las subvenciones son medidas de apoyo y promoción por parte de las Administraciones para fomentar determinadas acciones en la ciudadanía que se consideran de interés. Los trámites, esos estados y diligencias que hay que recorrer ante un asunto hasta su conclusión. La solicitud de recursos es una potestad del peticionario ante un tercero que, supuestamente, cuenta con el mismo.
Cuando una asociación es autónoma [1] al 100% en su capacidad para desarrollar una determinada actividad, no requiere de subvenciones ni de recursos externos, pues tiene capacidad para generarlos desde la propia entidad. Si esa autonomía no existe, o existe en un % muy poco significativo, se hace necesaria la Creación de Alianzas Organizativas, tanto en el diseño de la programación como en la ejecución de la misma de aquellas entidades o instituciones que van a condicionar con su apoyo/ no apoyo el proyecto. Es necesaria una previsión organizativa adecuada a la necesidad de recursos “sospechados” durante el diseño del proyecto. En esta previsión organizativa hay que tener presentes a las empresas o entidades públicas o privadas proveedoras de los recursos necesarios para llevar a buen término el programa o proyecto.
En la Creación de Alianzas Organizativas [2], tenemos que tener presente que el proceso de toma de decisiones (durante el diseño de la programación y durante la ejecución) estará determinado y condicionada por el % de aportación en recursos y nivel de implicación de cada una de las partes intervinientes. Si al Ayuntamiento se le solicita un 90% de los recursos necesarios en un proyecto determinado y el propio Ayuntamiento no ha intervenido o coparticipado en el diseño del mismo, puede fundamentar la no colaboración basándose en multitud elementos: imposibilidad por temporalización inadecuada, ausencia de recursos, no es un proyecto prioritario de la acción municipal, carencia de encuadre estratégico en la acción global, suponen gastos inasumibles, ausencia de personal...
Hay que ser conscientes que las asociaciones son espacios organizativos con autonomía y personalidad jurídica propia. Cuando una asociación se plantea un programa o proyecto que supera su capacidad de gestión y no ha contado en el proceso de planificación con esas otras instituciones o entidades a las que después recurre, es un error de estrategia del que la única responsable es la entidad, por no haber trabajado y creado previamente esas alianzas de complicidad organizativa que hagan posible llevar a buen término sus pretensiones programáticas.
Por todo ello, la implicación de diversas instituciones en el proceso de toma de decisiones para la realización de eventos, debe ser directamente proporcional al nivel de implicación en la provisión de recursos para que el evento sea posible, si así es querido y posible, por las partes implicadas.
[1] Todas las entidades tienen ciertos niveles de dependencia y necesitan de un trabajo en red, compartiendo recursos, conocimientos, estrategias de trabajo...
[2] Espacios de encuentro para la gestión de programas y proyectos en los que intervienen, o están afectadas, distintas instituciones. Hay que iniciarlas con una temporalización acorde a la complejidad del programa o proyecto que se quiere iniciar y cuya implicación de las partes es determinante.
Juan Ángel Barajas Martínez es Asesor de Participación Ciudadana de Pinto.
















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