Aunque no existe el letrero de “Prohibida la entrada” en la estación de Renfe de Pinto, sí existe en la práctica para las personas con movilidad reducida.

Dígannos si no cómo una persona en silla de ruedas puede bajar y subir las escaleras de piedra para cambiar de andén. Después de lustros de demandas ciudadanas para solucionar esta impresentable obsolescencia, lo cierto es que los gestores públicos pinteños de uno y otro signo aún no han conseguido que la estación de Renfe sea accesible para todo el mundo. Clamorosa y preocupante ha sido la ineficacia de los políticos en este importante asunto.

Y “kafkiano” o “surrealista”, llámenlo como quiera, pero si no fuese un caso tan lacerante sería para desternillarse. Se ha habilitado una rampa para que laspersonas con movilidad reducida o quienes porten maletas o carritos de bebé puedan evitar los dos peldaños de entrada a la estación de Renfe, lo que merece un aplauso. Sin embargo, si esas mismas personas van en dirección Aranjuez o vienen de Madrid, se encontrarán con decenas de peldaños sin rampa en los andenes y sin escaleras mecánicas. Cierto que las competencias de Cercanías son del Estado y, por tanto, éste es el responsable de esta carencia. Pero ¿qué han hecho los gestores públicos locales? ¿Acaso semejante abandono no merece que Gobierno y Oposición se encierren en las dependencias de Renfe hasta conseguir un compromiso firme para solucionar este asunto ya?.