"La caja no es de nadie", decía Jaime Terceiro, quien en los años noventa presidió Caja Madrid. Razón llevaba y ahora se ha visto. Como no son de nadie en realidad, nadie se preocupa a fondo por cuál es su precio y su valor, ni nadie echará en cara a nadie los derroches. Y eso mismo han pensado la mayoría de los gestores de cajas de ahorros. Acostumbrados a no tener que dar cuentas a nadie, más que a unos representantes públicos que a la postre han sido beneficiarios de muchos de estos derroches, han despilfarrado dinero con alegría durante muchos años. Y después de su mala gestión y derroche de los fondos que ha llevado a las entidades a una situación crítica que exige la aportación de cuantiosos fondos públicos y a la práctica desaparición de la obra social, consejeros y gestores se han llevado en su retirada multimillonarias indemnizaciones, que ya se acercan a los 90 millones de euros.
Ahora está de actualidad el escándalo de las indemnizaciones de los gestores de las arruinadas Caja de Ahorros del Mediterráneo y Novacaixagalicia, pero antes ha habido muchas más millonarias indemnizaciones y latrocinios. Estas obscenidades provocan escándalo e indignación ciudadana y son el germen de una montaña de ira que se puede llevar las democracias por el sumidero de wáter. O hay una efectiva y radical regeneración o el capitalismo y la democracia se hunden definitivamente, aunque no conozcamos recambios efectivos.


















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.25