Patricia Chamorro, una de las jugadoras de fútbol sala más prometedoras de España

¿Cómo describirías el reciente triunfo en la Copa España y además ante la afición de tu pueblo?
Cómo uno de los pocos sueños que me faltaba por hacer realidad. El año pasado cuando ganamos la Copa de España, que era el primer título para el club, fue muy bonito porque era el primero, pero ésta fue mejor.
¿Alguna anécdota?
Una podría ser que yo al ser cierre, no marco muchos goles, y esta ha sido la copa en la que más goles he metido. Otra podría ser que cuando terminó la final mis compañeras se arrodillaron enfrente de la foto que tengo en el pabellón de Pinto [donde se disputó la final] y empezaron a alabarme y tal, me puse como un tomate, me llamaban “la salvadora”.

¿Qué te llevó al fútbol sala?
De pequeña, yo no me acuerdo muy bien, pero mis padres me dicen que cada vez que me regalaban una muñeca les quitaba la cabeza, y jugaba con la cabeza.

No sé, la verdad que desde pequeñita, el fútbol siempre me ha gustado. Soy forofa del Real Madrid.

¿Un jugador de fútbol?
Sergio Ramos, pero mi ídolo de toda la vida es Roberto Carlos.

¿Es cierto que la primera vez que te llamaron para jugar con la Selección Española era de madrugada…?
Sí. Iba a ir una compañera que se lesiono. Entonces a las 4 de la mañana me llamó el seleccionador: “¡Venga!, que en tres horas nos vamos para Brasil, vente a Barajas”. Yo le decía no me vaciles, quién eres. Y me tuvo que llamar mi presidente para decirme que era verdad porque no me lo creía.

¿Algo especial que hagas antes del comienzo de un partido?
Muchas cosas. Por ejemplo, juego siempre con la misma ropa interior. El orden de las zapatillas: me pongo siempre primero la derecha y luego la izquierda. Siempre me pongo esparadrapo en las muñecas (soy incapaz de verme sin algo en las muñecas). Cuando llego al vestuario lo primero que hago es sacar las zapatillas y colgar la camiseta en una percha. Siempre juego con una cinta. También cuando vamos a estrechar las manos antes de empezar una de las partes del partido, siempre me quedo la última y salgo la última. Y para salir a saludar al campo, siempre salgo la cuarta.

Salisteis en interviú para reclamar que también existís. ¿Cómo fue aquello?
La verdad que a nosotras cuando nos lo propusieron, al principio dijimos dónde vamos. Pero después pensamos en lo que podíamos sacar en beneficio de todo el fútbol sala femenino. Nos criticaron mucho en su día, pero creo que conseguimos que el fútbol sala femenino tuviese más presencia mediática. De hecho, la Copa de España el año pasado fue dos semanas después del reportaje y se noto que había más medios. Y en la Copa de España de este año, celebrada aquí en Pinto, quedé alucinada, más medios que nunca, de dos o tres a nivel nacional este año creo que había 12 ó 13. Se ha notado, y cuando estuvimos celebrando la copa, tengo una foto en mi casa que estamos rodeadas de cámaras, y eso no lo había visto yo en mi vida.

¿Te sientes acogida por tu pueblo, por Pinto?
Sin duda. El otro día en el tren un señor me dijo: me puedes firmar un autógrafo. Le digo si me está vacilando, y me responde que es para su hijo, que son de Pinto y que me estuvieron viendo jugando en la final. No estoy acostumbrada a estas cosas.

¿Qué opinión te merece el dopaje?
Me parece bien que se controle, pero me parece una vergüenza lo que ha pasado con Contador. No puedes impedir correr a un equipo que no tiene nada que ver con el dopaje, y encima teniendo un campeón como Alberto, y sin pruebas porque no tienen nada, me parece una rastrería. Que cacen a uno y le sancionen por dos años, me parece genial, yo le sancionaría para toda la vida, porque ser tramposo en el deporte es lo más sucio que hay. Si crees que necesitas algo para el deporte, mejor déjalo.

¿Cuál sería un sueño para ti?
Ser olímpica. España con el nivel que tiene en fútbol sala, sería medallista. Pero lo veo difícil, aunque algunos deportes que entran nuevos en las olimpiadas me producen risa. Hay gente que podrían hacer más por intentar que el fútbol sala sea olímpico, gente con poder, que encima son españoles, pero bueno. Es una pena.