A la conmoción popular que supuso el asesinato del vecino de Pinto, Jesús Muñoz García, de 74 años de edad, a manos (o más bien a pies, porque el asesino se ensañó a patadas con la cabeza de la víctima, que yacía inerme a sus pies) de JCF, con antecedentes penales por violencia, robo y desacato a la autoridad, se suma el estupor y la indignación a medida que muchos vecinos de Pinto van conociendo circunstancias de la víctima.
Jesús Muñoz era de pequeña estatura y pesaba menos de 50 kilogramos. Hace más de 30 años, al volver a Pinto de su trabajo en el servicio de basuras en Madrid, sufrió un gravísimo accidente que le dejó en coma. Un coche le atropelló en la N-IV y le dejó tirado en la cuneta. Jesús estuvo en coma unos días y salió de esa con importantes secuelas que arrastraría el resto de su vida.
Como dice un familiar, “era de complexión frágil, tanto que parecía que si le soplabas se caía”. Por eso no se entiende la violencia inusitada por parte del agresor, JCF, vecino también de Pinto, salvo que éste -según nos cuenta un fal¡miliar- padeciese en ese momento uno de sus trastornos de personalidad bipolar. En todo caso, los familiares y la sociedad piden que se haga justicia, aunque esto ya no devuelva la vida a un ser inocente.
Vea vídeo con declaraciones de uno de los tres hijos de Jesús:
www.youtube.com/watch?v=uGEFmZmPq90
Lea la carta abierta de un sobrino de Jesús Muñoz
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