Roberto Gallego, “pinteño de toda la vida” de 34 años de edad, es Ranaman, un rapero con trabajos de gran calidad como “Ficción o Realidad” (2007), “Mi arma es la palabra” (2008), “Ranaman O2” (2010) o “Deidad” (2013). Roberto compatibiliza su trabajo en Aserpinto con su prometedora carrera como MC [cantante de rap]. Su maqueta “Ficción o Realidad” fue descargada por 80.000 personas, lo que le dio alas para sacar al mercado en 2010 su primer disco “Ranaman O2” que atrajo la atención del mundo del hip-hop. Ahora con “Deidad” vuelve a la carga con 18 canciones plagadas de fuerza e intención.
Un camino inesperado
Su habilidad como bailarín le permitió, con tan sólo 12 años, dedicarse a ello de manera casi profesional, actuando ante centenares de personas. Por aquel entonces, Roberto era conocido como un gran bailarín de funky que, a partir de los 18 años, pasó a dedicarse enteramente al break dance. Durante tres años recorrió diversos escenarios haciendo giras y espectáculos donde incluso llegó a conocer al ex futbolista David Beckham.
Sin embargo, una lesión que le obligó a apartarse del baile y a tener que reinventarse: “El rap ha estado siempre presente en mi vida y como siempre me ha gustado la poesía me decidí por convertirme en un MC”. Su relación con el mundo del hip-hop y su facilidad para caer bien a la gente le permitió entablar contactos que han facilitado su incursión en el mundo del rap.
Importantes colaboraciones
Su último disco, “Deidad”, está marcado, además de por el estilo Ranaman, por las grandes colaboraciones de otros MCs importantes: Adhoc, Rayden o El Langui [este último el más conocido por su incursión en películas como “El Truco del Manco” o “Fuga de Cerebros 2”]. “Muchos de ellos son mis amigos -aclara Roberto-, aunque hay otros a los que no conocía personalmente. El caso de El Langui fue más excepcional porque nos pusimos a escribir en el momento y grabamos ese mismo día”.
El mensaje
“Deidad” es un mensaje al mundo del rap. “Creo que es el título perfecto, define todas las canciones del CD de principio a fin con lo que quiero decir -explica Ranaman-, le digo a los MCs que yo compré sus cintas, que están ahí porque nosotros hemos querido, así que ahora no nos meen en la cara”. Una lección de un cantante que no se identifica con sus compañeros españoles.
“La gente busca la moda, ya no visten ancho”, añade, por ello “el concepto de la música que hacen ha cambiado y la mayor parte de la escena se ha vuelto comercial. Para hacer una crítica hay que documentarse, no puede hacerse de manera gratuita”.
Promoción
Con motivo de “Deidad”, Ranaman ha realizado actuaciones y entrevistas en radio y prensa. Además, las redes sociales ayudan en la difusión: “Cualquier artista lo que quiere es llegar a la gente y así es mucho más fácil, además que es otra vía para conocer a profesionales de otra manera”.
Pinto y Ranaman
“Casi todos mis vídeos los grabamos en Pinto para intentar promocionar el municipio”, comenta. Sin embargo, tras varios años intentándolo, Roberto ha descartado la idea de conseguir un local cedido por el Ayuntamiento. “Ahora mismo estoy ensayando en casa. Si tuviésemos un local haríamos un show mucho mejor”.
Por otro lado, para Ranaman actuar en Pinto, al contrario de lo que manifiestan otros grupos musicales locales, es más fácil que fuera del municipio: “Aquí no hay problema, siempre puedes tirar de algún bar. El problema es cantar fuera, aunque me están saliendo cosas para ir a Colombia en otoño y a Francia el año que viene”.
Roberto reprocha al Ayuntamiento que “debería hacer más cosas, porque Pinto en lo cultural está muy mal”. Y lo compara con otros pueblos como San Martín de la Vega, que sigue manteniendo su propio festival de hip-hop, algo que como en su día tuvo Pinto. “Nosotros montamos uno un par de años que fue un pepinazo pero luego nos lo tiraron porque querían hacerlo por detrás. Es penoso que te den dinero para hacer un festival y que tú tengas que financiar la seguridad”.Vocación
Mientras la música le siga costando “lo comido por lo servido”, Roberto asegura que seguirá grabando en el estudio de El Langui, ubicado en San Martín de la Vega.
Ranaman afirma que no tiene ningún problema con la piratería. De hecho “O2” se puede descargar gratis desde su página web. “Deidad” tiene un precio de 10 €: “Comprar es ayudar y reconocer el trabajo del músico, pero si no quieren siempre pueden escucharlo en Spotify”.
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