La Residencia Municipal
de San Martín de la Vega cerró el 31 de marzo. El cierre de esta dotación,
después de 18 años de existencia, se suma al de la línea de Cercanías que unía
San Martín con Madrid, la reducción de líneas de autobuses, la supresión de la Oficina Judicial,
la de la OMIC, así como de numerosas actividades culturales y sociales en el
municipio. Y todo ello en muy poco tiempo. Es la prueba más evidente del
deterioro público que está sufriendo en los últimos años San Martín de la Vega,
un pueblo en otro tiempo pujante que llegó a alcanzar unos altos estándares de
dotaciones públicas y calidad de vida que ahora se desvanecen o se
dilapidan.
Fracaso en la gestión
En un reconocimiento implícito del fracaso de su gestión, el Gobierno de Mª Carmen Guijorro comunicaba mediante una nota de prensa que el servicio que prestaba la residencia quedaba extinto “tras meses de propuestas y negociaciones sin éxito”
Con la aprobación del Plan de Ajuste y el pago a proveedores el año pasado, el consistorio dejó de aportar los 200.000 euros que recibía la residencia anualmente por parte de la Comunidad de Madrid. Si bien la institución regional continuó sufragando una parte del gasto, debido a que existía un concierto entre el gobierno regional y el ayuntamiento desde que se abriera el centro, en 1995.
La residencia era municipal, aunque desde su origen fue gestionada por empresas externas. La adjudicataria -y, por tanto, encargada de la gestión- en el momento del cierre era Mensajeros de la Paz.
Retirada de los ‘válidos’
Hasta el 13 de diciembre de 2012 la residencia atendía a 15 personas asistidas y a 29 válidas. La Comunidad de Madrid decidió eliminar el concierto de las personas válidas y amplió las plazas de asistidos a 24, que no fueron cubiertas. Los válidos se trasladaron a otro centro y, en marzo, la residencia atendía sólo a 17 personas asistidas. A pesar de que existían 7 plazas sin cubrir, el canon anual que el ayuntamiento daba a Mensajeros de la Paz no varió. El consistorio siguió aportando la misma cantidad, aunque no estaban cubiertas todas las plazas.
La residencia contaba con 29 trabajadores, lo que ascendía a un gasto anual de 577.000 euros en personal. Según María Brea, concejal de IU, “el equipo de gobierno ha ido dejando la residencia para que se quede sin nadie. Se podría gestionar desde la empresa municipal. Estoy segura de que esto es una voluntad política”. Y añade que “me da mala espina que no vengan asistidos a cubrir las plazas vacantes, porque en la Comunidad de Madrid hay lista de espera”.
Negociaciones
El ayuntamiento ha negociado con los trabajadores posibles alternativas para evitar el cierre. Según Mercedes y Mª Carmen, trabajadoras de la residencia, el consistorio habría propuesto una rebaja del 15% del sueldo y, aún así, no se habrían evitado los despidos.
También se propuso crear una cooperativa de trabajadores, pero según comentaron las trabajadoras, “el ayuntamiento no aseguraba el pago del concierto con la Comunidad de Madrid mes a mes”, por lo que “no nos podríamos mantener”, aseguraban. El sueldo medio de los trabajadores, incluida la mejora del 15% en el salario, los días festivos, nocturnidad, etcétera, estaba en torno a los 1.000 euros.
Pérdida
El cierre de la residencia es una importante pérdida para San Martín de la Vega. Además de varios puestos de trabajo, se pierde que los mayores que lo necesiten puedan tener una residencia en su propio pueblo, con lo que esto supone de calidad de vida para los mayores y para sus familias.
Como se dijo al principio de esta noticia, el cierre de la residencia completa un ciclo de fracasos en la gestión municipal que ahonda aún más en la crisis que padecen los sanmartineros.
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