En esta Unión Europea en la que ahora predomina la palabra crisis, es reconfortante destacar uno de los proyectos europeos de éxito: el programa Erasmus que acaba de cumplir 25 años.
Nacido en el curso 1987-88, Erasmus
ofrece a los universitarios la posibilidad de estudiar durante un tiempo –de 3
a 12 meses– en un centro de enseñanza superior de otro país europeo. Desde su
creación, más de 2,5 millones de estudiantes europeos han participado en el
programa, lo cual ha permitido avanzar en la integración europea y ha allanado
el camino al “proceso de Bolonia”, para la armonización de los estudios
universitarios en Europa.
Durante el curso 2010-2011 –el último del que se han publicado datos–, 231.410 estudiantes fueron a otro país europeo para estudiar o hacer un periodo de prácticas en empresas, lo cual supone un aumento del 7,2% respecto al curso anterior.
España, el país que envía y recibe más estudiantes
España es el país que envía más estudiantes al extranjero (36.183), seguida de Francia, Alemania, Italia y Polonia. Lo que es más significativo porque España, aun siendo el país de la UE que más estudiantes envía al extranjero en términos absolutos, con 47 millones de habitantes tiene menos población que Alemania (82 millones), Francia (64 millones) o Italia (60 millones).
El destino más popular entre los estudiantes europeos es también España, que ha recibido 37.433 estudiantes. Le siguen Francia, Alemania, Reino Unido –que acoge el doble de los estudiantes que envía– e Italia.
Estudios y turismo
El éxito de la movilidad estudiantil es innegable. Lo que algunos cuestionan es si el motivo tiene más que ver con un interés turístico que académico. En el caso de España, es llamativo su atractivo para los Erasmus; en cambio, en el conjunto de alumnos extranjeros que hacen sus estudios en España, los procedentes de la UE son minoría: un 37% entre los extranjeros que hacen estudios de grado y un 22% en los masters.
Por otra parte, tanto en España como en otros países, es muy raro que un alumno Erasmus no apruebe su semestre o su año académico. Pero aunque el valor añadido académico sea discutible, la idea es que una estancia en el extranjero siempre abre el espíritu y favorece el aprendizaje de la lengua.
Según estimaciones de la Comisión Europea, en torno a un 10% de los estudiantes europeos estudian ahora en otro país una temporada, cuya duración media suele ser de seis meses.
Un presupuesto de casi 500 millones de euros
Aproximadamente el 4,5% de todos los universitarios europeos han recibido una beca Erasmus en algún momento de sus estudios. El importe –unos 250 euros mensuales– es insuficiente para cubrir todos los gastos. Pero también en torno a un 3% de los estudiantes Erasmus participan en el proceso sin beca. La edad media de los estudiantes participantes es de 22 años.
El presupuesto anual del programa es actualmente de 489 millones de euros, y la Comisión Europea está dispuesta a aumentarlo.
Junto a las estancias para estudiar en una universidad, el programa incluye también estancias en empresas para hacer prácticas, posibilidad que el curso pasado aprovecharon unos 41.000 estudiantes.
Ver el estudio “Erasmus-Faits, chiffres et tendances” publicado
por la Comisión Europea.
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