Pinto y su historia: "Jaime Méric"
Jaime Méric fue un destacado miembro de la dinastía Méric, implantada en la localidad francesa de Perpiñán en los siglos XVIII y XIX. Entre sus antepasados existían reputados comerciantes, políticos, banqueros y propietarios.
Su padre fue Jacques Méric Mouran, un considerado banquero de Perpiñán, que junto a su hermano Jean, alcalde de Perpiñán y Caballero de la Legión de Honor, formó la casa Méric Mouran, dedicada a la alimentación y al negocio lucrativo.
Jacques François Antoine Méric Saisset era el nombre completo de Jaime Méric. Nació en Perpiñán el 21 de noviembre de 1800. Su madre fue Merie-Antoinette Saisset Coste.
El 24 de octubre de 1832 se casó en Perpiñán con su prima Elena Méric Cantaloup, hija de Jean Méric Mouran y Clotilde Cantaloup. Tuvieron dos hijos: Amelia, la mayor, nacida el 19 de marzo de 1834 y Edmundo, futuro hijo adoptivo de la villa de Pinto como veremos en un futuro artículo.
Jaime Méric continuó los antecedentes de su familia, siendo designado por sus ciudadanos teniente de alcalde y presidente del Tribunal de Comercio de Perpiñán por espacio de diez años consecutivos. Concedió apoyo financiero a la fundación de “L´Indépendant des Pyrénées-Orientales”, periódico de notables de oposición, principalmente domiciliados en Perpiñán.
Los hermanos Méric, hijos de la antigua casa Méric Mouran, fundaron en la calle Richet de Paris una sociedad dedicada al cuidado de la compra de toda especie de fondos públicos franceses y extranjeros, acciones del Banco de Francia y otras colocaciones de toda seguridad.
Orleanista disidente, antipático al movimiento revolucionario y deseoso de consagrarse al trabajo, se trasladó a Madrid en 1848 secundado por su hermano D. Pedro y su primo D. Enrique. Fue jefe y fundador de la Casa de Banca en 1849, bajo la razón social Jaime Méric, que fue liquidada en 1865. Gracias a los recursos que le proporcionaban un capital considerable y un crédito a toda prueba, llegó a ser uno de los hombres de negocios que más autoridad alcanzaba en España.
Los inicios de la Compañía Colonial
Al ver el estado de atraso en el que se encontraba la elaboración del chocolate, Jaime Méric ideó la organización de una fábrica a gran escala. Dedicó año y medio a su estudio, visitó las más renombradas fábricas del extranjero, ensayó con todas las clases de cacaos y comprobó las observaciones en el modesto taller de un industrial de París que poseía una pequeña máquina de vapor.
Con tales precauciones creó la célebre Compañía Colonial en 1854, la primera fábrica de chocolate que ha existido en España con maquinaria de vapor, siendo sus socios colaboradores su hermano don Pedro y su primo don Enrique hasta 1867. Fue jefe y propietario de la empresa hasta 1887, fecha en la que cedió la casa a su hijo don Edmundo Méric, que ya al lado de su padre había mostrado grandes condiciones de idoneidad, trabajo e inteligencia.
Jaime Méric fue pionero en el progreso en la higiene alimenticia, atendiendo a las exigencias de los consumidores, y con el objetivo de perfeccionar y engrandecer esta industria. Introdujo aparatos perfeccionados a la altura de los inventos de la época que llamaron mucho la atención de los amantes de la industria, llegando a obtener una medalla de la sociedad Fomento de las Artes Industriales.
Las mejoras introducidas por el Sr. Méric en la elaboración del chocolate fueron en un principio tildadas de aventuradas y atrevidas, tomando en cuenta el carácter singular de nuestras compañías y la oposición de toda innovación; pero el éxito y la aceptación que alcanzaron los chocolates de la Compañía Colonial patentizaron claramente que no en vano se propuso el Sr. Méric reformar la fabricación del chocolate, por demás defectuosa e imperfecta hasta entonces en sus procedimientos y resultados. Méric implantó un nuevo sistema, hijo de la experiencia y de los resultados en otros países, y modificó ventajosamente las máquinas de elaboración.
La primitiva fábrica se fundó en 1854 en Madrid en los solares inmediatos al Obelisco dedicado a los Héroes del Dos de Mayo, muy próximo al lugar que hoy ocupa el Hotel Ritz. Esta zona se denominaba el Tívoli.
Los productos que ofrecía la Compañía Colonial eran chocolates, cafés, tés y tapiocas. En 1866 se inauguró la nueva fábrica en Pinto.
El 30 de diciembre de 1888 falleció don Jaime Méric Saisset en su ciudad natal, Perpiñán, a los 88 años de edad. El ayuntamiento de Pinto decidió dedicar la hasta entonces conocida Plaza o Raso de Palacio, inmediata a la fábrica, a su memoria.
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Mario Coronas | Miércoles, 29 de Agosto de 2012 a las 18:28:28 horas
Hola María. La Compañía Colonial de la familia Méric desapareció en el año 1940. En este año se vendió la fábrica a un grupo encabezado por el conde de Rueda. Este grupo se constituyó en Sociedad Anónima con el nombre de “La Colonial S.A.” Para datar el cartel necesitaría verlo. En Zigzag le facilitarán mi dirección electrónica. Saludos.
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