Adelanto del cierre de los bares de copas en Pinto
El problema de los locales de ocio nocturno en Pinto es una
creación de la administración local. Aquí se cumple a rajatabla la definición
grotesca y humorística que Groucho Marx dio de la clase política: “La política es
el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar
después los remedios equivocados”. Y, ciertamente, donde había un local -la
antigua discoteca Cristal- en el centro del pueblo que no causaba molestias
significativas a los vecinos del entorno, la administración local multiplicó
las licencias de bares de copas en la misma zona y luego amplió el cierre de
los horarios de estos locales hasta las seis de la madrugada. En teoría este
horario es sólo para locales con espectáculo, pero en la práctica el horario ha
sido para todos. Bastaba con que el local pagase una licencia más cara para que
el Ayuntamiento autorizase la actividad.
Por otro lado, el “botellón” en Pinto está permitido de facto. Es cierto que el lugar elegido por los jóvenes para hacer “botellón” (el polígono de la Estación, en la calle Sagunto, conocido como “las aurgi”) está lo suficientemente alejado del pueblo como para no provocar críticas de los vecinos, salvo los de la calle San José, como también es una costumbre que muchos de los participantes en el “botellón”, que dura hasta las dos o las tres de la madrugada de los fines de semana, acaben la fiesta en los bares de la calle Real y aledaños hasta las seis de la madrugada. Esto, unido al efecto llamada del horario de los bares de copas de Pinto, hace que muchos jóvenes de los pueblos del entorno se hayan acostumbrado a acabar su fiesta nocturna en Pinto (el portavoz de los propietarios de los bares de copas ha cifrado el consumo de los jóvenes de fuera de Pinto en un 60% del total).
Ahora la nueva administración del PP en el Ayuntamiento (que sustituye a la del PSOE que ha dado la mayoría de las licencias) ha decidido que a partir del 1 de junio el horario de cierre los fines de semana se reduzca hasta las 4:30. Los propietarios dicen que el Ayuntamiento les cambia las normas a mitad de partido, puesto que algunos han hecho inversiones cuantiosas en sus locales animados por el horario ampliado y la nueva disposición puede suponer su ruina.
El problema es complejo, sin duda. Por un lado está el
inalienable derecho de los vecinos al descanso. Por otro, los derechos de los
propietarios amparados en sus licencias. Hay también otro aspecto importante y
es que los jóvenes de Pinto pueden disfrutar de la noche sin salir del pueblo,
lo que ahorra sobresaltos y problemas a las familias. El Ayuntamiento, que como hemos dicho es
quien creó el problema, debe tener en cuenta todos estos aspectos y obligar a
los bares a cumplir la normativa (lo que muchos no han hecho) y en caso
contrario abrir expedientes y aplicar las correspondientes multas y sanciones a
quien incumpla (lo que tampoco ha hecho el Ayuntamiento, que indolentemente
tiene decenas de expedientes sin sancionar).
Vandenbrule | Miércoles, 07 de Agosto de 2013 a las 19:04:58 horas
Al final, esto del botellón acabará mal; llegará un vecino hasta los mismísimo de no poder dormir, increpará a algunos de estos angelitos, éstos lo amenazarán, y el vecino, que no es un vecino desarmado sino un militar -por ejemplo-, volará la cabeza a quien se le ponga por medio. Hasta que esto no suceda, y sucederá, nadie se tomará en serio este fenómeno de mierda del botellón. ¿A qué estúpido chaval le tocará?
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