Mientras tanto, la comunidad musulmana de México se ha desmarcado de la detenida, Marilú Reyna Castillo, que cambió hace cinco años su país natal por España.
La Audiencia Nacional ha decretado el ingreso en prisión provisión comunicada y sin fianza para Marilú Reyna Castillo, detenida ayer en Pinto por presunto enaltecimiento, adoctrinamiento y captación para el Daesh. La juez Carmen Lamela considera que existe un alto riesgo de fuga dada la gravedad de sus acusaciones así como su falta de arraigo en nuestro país y la facilidad para viajar a Marruecos.
Del mismo modo la magistrada asegura que existe riesgo de destrucción de pruebas y reiteración delictiva dada su “peligrosidad”. Los agentes encargados de la operación hallaron en el domicilio de la mujer detenida dispositivos con imágenes y audios alentando a la yihad femenina, así acceso a páginas de mujeres musulmanas y búsquedas realizadas en Google y Facebook sobre conversos hispanoamericanos.
Sin apoyo | Marilú, de 38 años, es de origen mexicano y llegó a España hace cinco años junto a su marido Aziz Zaghnane, arrestado en mayo del año pasado por delitos relacionados con el yihadismo. La detenida cumplía con las más estrictas normas del Ismal, no tenía trabajo y apenas salía de casa.
A raíz de la detención, la comunidad musulmana mexicana ha querido distanciarse de su compatriota asegurando que no forma parte del grupo. "Seguro que alguien la incitó y le lavó el coco –ha declarado al diario ‘El Universal’ una de sus integrantes más destacadas, Isa Rojas-. Lamentablemente, en México existen muchos casos de mujeres que caen luego con personas extranjeras y se aprovechan de ellas, y caen inocentemente".
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