El pinteño, especializado en la modalidad de katas, ha conseguido una beca de externo en la residencia Blume tras tres años entrenando en el CAR.
Con solo cinco años, David García (Pinto, 1993) dio sus primeros pasos en el mundo del kárate con el que todavía hoy es su entrenador, Javier Hernández, uno de los grandes de la especialidad de katas: tres veces subcampeón del mundo y tres veces campeón de Europa, a quien esta revista le dio el Premio Zigzag de Deportes en 2001 y 2003.
David ha conseguido una beca de externo en la residencia Blume tras tres años entrenando en el CAR. “Yo no vivo del kárate, poca gente lo puede hacer, una persona o dos si acaso”, cuenta. El kárate será uno de los deportes que debutarán en los JJOO de Tokio 2020. “Para mí supone, aparte del sueño de algún día poder participar en unas olimpiadas, que haya una mayor inversión en este deporte y por tanto mayores facilidades”, explica David.
El pinteño se ha especializado en la modalidad de katas, que consiste en la ejecución de una secuencia de movimientos en la que debe superar en técnica y dificultad a la realizada por su adversario. “Es como una coreografía de ataques y defensas contra un rival imaginario, pero en realidad estás luchando contra ti mismo”, resume. Los karatekas deben de elegir cuidadosamente entre el casi centenar de katas existentes ya que no podrán repetir la misma en más de una ronda.
El factor psicológico cobra especial importancia en esta modalidad. Precisamente ese es el punto flaco de David, que considera que su mayor virtud es el aspecto físico, “algo que trabajo mucho”. Sus principales triunfos llegaron en categoría júnior con tres terceros puestos en el Campeonato de España individual y por equipos y en el Europeo por regiones. “Ahora en sénior la medalla está más difícil, pero espero que llegue pronto la recompensa”.
Es moderadamente optimista sobre su posible participación en los JJOO de Tokio: “Hay mucha gente que está por encima y tiene un nivel muy bueno así que creo que decir que tengo posibilidades de ir es muy precipitado, pero voy a luchar por ello”. Para conseguirlo David, cinturón negro primer Dan, dedica una media de cuatro horas diarias a entrenar entre el CAR y su gimnasio habitual. Sacrificio le ha supuesto perder momentos familiares y planes con sus amigos, aunque reconoce que la gente de su entorno lo comprende y “siempre ha estado ahí”. Sin embargo nunca ha pensado en dejar de lado sus estudios, por lo que tiene pensado realizar el Master de Alto Rendimiento Deportivo que imparte el COE una vez acabe la carrera de INEF.
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