Estadísticas y rigurosidad
El autor utiliza el sentido común para desvelar que una cosa son las encuestas realizadas con garantías y otra muy distinta un sondeo a 30 personas para evaluar los servicios de limpieza a una ciudad de 50.000 habitantes como es Pinto.
‘Cómo mentir con estadísticas’ es el título de un libro del escritor norteamericano Darrell Huff publicado, por primera vez, en 1954 -el libro acaba de ser reeditado por Crítica este mismo año-. En él, el autor explica las diversas fórmulas que se utilizan a la hora de exponer los datos de encuestas y estudios de mercado para, en muchas ocasiones, conseguir que los resultados respondan a intereses concretos.
En uno de los capítulos, Huff cuenta como en un estudio sobre pasta de dientes se llegaba a la conclusión de que la frecuencia de caries dentales disminuía en un 23% cuando se usaba una determinada marca. En este estudio, el problema residía, como cuenta Darrell Huff, en “la muestra inadecuada -es decir, estadísticamente inadecuada-; aunque para la finalidad de Doakes (la marca de dentífrico) sea del todo satisfactoria. El grupo “test” de usuarios, según se descubre posteriormente al leer la letra pequeña, era solamente de una docena de personas. (Hay que dar las gracias a Doakes, en este caso, por la oportunidad que representa esta información). Algunos anunciantes la omitirían y publicarían la engañosa estadística sin indicar de qué clase de trapacería se trataba”.
Traigo a colación este libro por una noticia aparecida hace unas semanas en ZIGZAG sobre la publicación de los informes de calidad del servicio de limpieza. Lo que más me llamó la atención fue que el informe incluía una encuesta de percepción de los vecinos del servicio que se realizó a… ¡30 personas! Sin ser un experto en sociología o encuestas, un estudio que se realiza a 30 personas sobre un universo de más de 30.000 personas (dejando fuera a los niños), me parece, cuanto menos, poco riguroso. Pero más allá de los resultados del estudio, con los que cualquiera podría estar o no de acuerdo, lo que cabe preguntarse es si el análisis que se está haciendo de la calidad del servicio de limpieza del municipio, está respondiendo a los mismos parámetros que la encuesta. Porque, de ser así, flaco favor se está haciendo a los vecinos, a las arcas municipales e, incluso, a la empresa encargada del servicio.
Dado que ahora se está revisando el contrato de control de calidad del servicio de limpieza, convendría que esto se tuviera en cuenta para conseguir no tener que poner un control de calidad sobre el control de calidad del servicio. Al menos es la opinión del 100 por cien de las personas que he consultado mientras escribía el artículo. Es decir, la mía.
Antonio Gómez de la Cruz | Martes, 10 de Noviembre de 2015 a las 12:45:42 horas
Buen articulo Gerardo, se nota que eres un excelente periodista. Estoy de acuerdo contigo. Está pasando con las encuestas sobre la intención de voto, y pasó en las de las municipales. Yo sin hacer falsas encuestas acerté. Aquí se trata de creer que la opinión pública opina lo que yo quiero que opine, porque me viene bien politicamente. Hay tanto medicre ejerciendo de político, que es una pena. Alguien dijo que España es como el Titanic, pero con los pasajeros aplaudiendo.
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